Titulo:
                  HISTORIA DE LA CORRUPCIÓN EN EL PERU

Autor:
    Alfonso w. Quiroz


  
PALABRAS CLAVES: Patronazgo, caciquismo, caudillismo, corrupción, Patria.

INTRODUCCIÓN

A través del tiempo la corrupción ha sido tildada de constante cultural o legado institucional inevitable. La amparan el descuido y el escepticismo.
Las prácticas corruptas pública y privada tienen como factores las generaciones de redes corruptas y sus interconexiones internacionales.
La corrupción es el mal uso del poder político-burocrático por parte de funcionarios coludidos con intereses privados para obtener ventajas económicas o políticas contrarias a las metas de desarrollo social; malversando o desviando recursos públicos, y la distorsión de políticas e instituciones. Produce consecuencias negativas para el desarrollo económico, la inversión, la democracia y la sociedad civil.


CONTENIDO

Capitulo Primero: FRACASO DE LAS REFORMAS COLONIALES 1750 – 1820
Desvelando abusos

Plata y contrabando

Los círculos de patronazgo virreinales
Decreciente celo reformista
Ciclos de corrupción colonial

CAPÍTULO SEGUNDO: CIMIENTOS SOCAVADOS DE LA TEMPRANA REPÚBLICA (1821 – 1859)
Saqueo patriota
Turbios préstamos externos
Círculos de patronazgo caudillesco
El azote del régimen guanero

CAPÍTULO CUARTO: LA MODERNIZACIÓN Y SUS SECUACES
Se alquilan militares.
El legado del Califa
Leguía y los civilistas.
Escándalos del Oncenio de Leguía
Sanciones ineptas.

CAPÍTULO 5: DICTADORES VENALES Y PACTOS SECRETOS (1931 – 1962)
Un coronel populista frente al APRA
Restauración con Benavides
Política de guerra sin principios.
Transición en la cuerda floja.
La recompensa del general Odría.
Perdonar y olvidar.

CAPITULO SEXTO: ASALTOS A LA DEMOCRACIA
Las promesas rotas de Belaunde.
El escándalo del contrabando.
Revolución militar.
Negligencia benigna
Los medios de Alan García

CAPÍTULO SÉPTIMO: CONSPIRACIONES CORRUPTAS 1990 – 2000.
Remozando la corrupción
Dictadura cívico – militar
Redes de corrupción
Participación del Sector Privado.
Corruptelas militares
Colusión con el narcotráfico
Caída cinemática

                                                                        
Casi la mitad del crecimiento del Perú ha sido afectada por la corrupción donde estaba plagada en todos los cargos públicos desde el presidente, la influencia de oscuros asesores y ministros de economía que hicieron grandes destrozos a nuestro país (Alianzas políticas en el Congreso para perpetuarse en el poder. Acopamiento de instituciones públicas. Manipulación de las reglas electorales. Espionaje y represión. Psicosociales y concientización por un gobierno fuerte. Políticas de amnistía. Malversación de fondos de defensa y otros ministerios. Fiscalización nula de las administraciones anteriores. Favores de empresas extranjeras que financian campañas políticas. Licitaciones fraudulentas. Relaciones con narcotraficantes y contrabandistas de armas. Y que aun sabiendo que eran ciertas no se mencionaban por no dejar en ridículo al Perú como menciona un encargado de negocios británico en Lima en 1931.
Historia como sacada de cuentos donde lees y te llenas de coraje al entender que toda nuestra historia está plagada de la más alta corrupción y traiciones a nuestra patria como ahora lo llamamos, por los encargados de gobernar y facilitar el desarrollo, ¿me pregunto dónde estuviéramos o cual sería nuestra sociedad actual si no hubiera existido esta lacra que nos tiene inmersos en sub desarrollo siendo un país rico y diverso.
A continuación, detallo los peores acontecimientos y traiciones realizados por inescrupulosos que deberíamos borrar de la historia, como refiere el autor que aún se le rinde homenajes colocándoles sus nombres a muchas calles, etc. por ejemplo Manuel Amat y Junyent, Agustín Gamarra, Antonio Gutiérrez de la Fuente, Juan Crisóstomo Torrico, José Rufino Echenique, Nicolás de Piérola, Andrés Avelino Cáceres, Augusto B. Leguía, Manuel Prado, Víctor Raúl Haya de la Torre, Manuel Odría, Juan Velasco Alvarado, Alan García y Alberto Fujimori, se beneficiaron de la corrupción como por haber permitido su proliferación o por pactar con grupos corruptos algunos de sus actos que hicieron:
Cuando una cúpula a favor de Ramón Castilla se las ingenió para colocar a gobernantes de fachada que invariablemente devolverían la posta al caudillo. Y obras públicas infladas y sobrevaluadas también eran acuerdos debajo de la mesa aquel entonces se daban arreglos financieros de las élites del país. Así, apenas unos cuantos años antes de la guerra con Chile, se desató un frenesí en la contratación de obras públicas para la construcción de ferrocarriles, proyectos de irrigación, puentes, embarcaderos, muelles, edificios públicos y mejoras urbanas sin un cálculo sólido de su rentabilidad y factibilidad. Sin embargo, estas obras públicas se anunciaron a la ciudadanía como la varita mágica que llevaría a la riqueza y el desarrollo». Eso ocurría ya entre 1868 y 1879.
Lo que sucedió con Nicolás de Piérola que, sin llegar a ser todavía presidente, ya estaba enfangado en el escándalo de la Casa Dreyfus, un típico caso de licitación fraudulenta o el del mismo Augusto B. Leguía demuestra que no solo concentró casi todas las prácticas de corrupción conocidas hasta ese momento quizá debido a la extensión de su régimen, sino que al mismo tiempo se convirtió en una suerte de modelo a seguir por varios presidentes del siglo XX.
Manuel Prado Ugarteche gobernó en periodos marcados por el derroche de recursos, favorecimiento ilegal a empresas extranjeras y denuncias de narcotráfico; su director del ministerio de Gobierno recibía sobornos de mafias de cocaína; Manuel Odría fue sindicado por enriquecimiento ilícito, por financiar una policía secreta y por otorgar contratos de obras públicas a cambio de favores políticos incluso un asistente suyo fue descubierto en el negocio de armas; Manuel Prado Ugarteche hicieron lo mismo con sus enemigos de siempre a cambio de asegurarse el poder;  Bustamante y Rivero, por ejemplo, dictó medidas de amnistía al perseguido partido aprista a cambio de que lo dejasen gobernar. Fue en vano; A veces la búsqueda de pactos políticos trascendió las fronteras: como cuando en 1936, de acuerdo con el investigador, los apristas intentaron convencer al presidente boliviano de aquel entonces para que les ayudase a derrocar a Óscar R. Benavides. En caso de triunfo, los complotados antiimperialistas prometían que nuestro país no se opondría a que Chile cediera a Bolivia una salida al mar a través de territorios que habían sido peruanos. Fernando Belaúnde fue aparentemente permisivo dado su interés en conservar el apoyo de las fuerzas armadas con casos de contrabando dentro de la Marina de Guerra, y Velasco Alvarado permitió abusos y corrupción durante la implementación de la reforma agraria y el manejo de empresas estatales como Petroperú y Pescaperú. Sobre esta última Quiroz relata que: Sus fondos se gastaron en viajes en jet privados, equipos de fútbol y diversos lujos. Sus déficits fueron virtualmente ignorados puesto que se sabía que el Estado los cubriría generando nuevas deudas. Mucho años después, en 1990, la dirigencia aprista buscaría favorecer la candidatura de Alberto Fujimori., y la apuesta les duró poco. En los últimos años, al régimen fujimorista se le ocurrió decretar una amnistía a los miembros paramilitares del Grupo Colina, acusados de ejecutar extrajudicialmente a ciudadanos peruanos convirtiéndolo en presidente más corrupto cometiendo delitos de lesa humanidad.

Uno puede graficar la historia y es como un círculo vicioso, siempre se repite, aunque cambiando gobernantes e ideologías políticas, como vemos la corrupción empieza en la colonia con el virrey Amat, y se vincula directamente con el nacimiento de la república hasta llegar a Alberto Fujimori, el último presidente en ser analizado en el libro; Leguía, Velasco Alvarado y Fujimori fueron gobernantes que cambiaron lo que encontraron en el país. Ellos significaron puntos de quiebre para la política nacional.
Ollanta Humala, Alan García y Alejandro Toledo, Kuczynski en cambio, siguen y siguieron el modelo de Fujimori de los años noventa, ese del No hagas nada, deja que todo fluya, y dedícate más bien a condecorar gente, a hacer labores de representación del poder. Y que no es agena a estos crímenes como ahora ya sabemos de la última década ─las supuestas casas de Alejandro Toledo, las denuncias de los petroaudios y los narcoindultos de Alan García. la irresponsable ayuda financiera que se realizó con dinero del Estado para salvar de la quiebra a dos importantes bancos, el permiso que obtuvo una corporación chilena para operar de forma industrial en una zona de Lima ecológicamente sensible a raíz de las reuniones de sus dueños con el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, entre otros casos con bancos y transnacionales mineras hoy en actividad en el Perú; A eso se suman los casi treinta decretos inconstitucionales que un exministro de economía firmara para beneficiar a grupos económicos cercanos al régimen fujimorista, etc.
tema de actualidad constante, máxime ahora con el destape de la ligazón del mega escándalo de corrupción perpetrado por la brasilera Odebrecht, en el entorno de su gobierno socialista; que ha trascendido a la gestión de los cuatro gobiernos consecutivos: Toledo, García, Humala y Kuczynsk. La corrupción es la institución más difundida y rentable de todos los tiempos. “El costo de la corrupción en el Perú equivaldría al 2 % del PBI. Pero, considerando la tendencia incremental, puede estar entre un 3 % y 5 % del PBI, al año, representando entonces un costo a la economía peruana, de hasta unos 33,800 millones de nuevos.
Juan José Garrido en su columna: en dos proyectos de infraestructura del Perú, puestos en marcha entre 2005 y 2009, y cuyo costo ascendió a US$ 143 millones, se pagaron US$ 21.4 millones en coimas, o sea, 20 % del costo de proyecto. ¡Cielo santo, coimas al 20 %.
En las noticias se dice que en el lapso 2005-2014, por más de 12 mil 500 millones de dólares invertidos, se pagó coimas de US$ 29 millones. Tal, 0.2 %, no es la tasa coimera; pues lo común es alrededor del 5-10 %. O sea por lo menos serán 625 millones de “comisión”. Es costumbre que, en los presupuestos de todos los Proyectos, hay un 10- 20 % para imprevistos, que están previstos para cubrir las coimas o corrupciones.

El autor ofrece, iniciativa y da esperanza, aunque nos sufrimos una palpitante corrupción que está impregnada en todos los niveles jerárquicos del estado. Malos gobiernos y malos funcionarios que se apoderan de las arcas del estado, que trabajan en función de crear riquezas y el de sus dueños (poderes facticos que los manejan).
Cabe recalcar que no solamente somos un país de gentes corruptas, sino también un territorio de personas comprometidas con la honestidad con la profunda convicción de erradicar la corrupción también hay personas comprometidas y defensoras como en tiempos del virreinato como: Domingo Elías, Francisco García Calderón, Manuel González Prada, Jorge Basadre, Héctor Vargas Haya, Mario Vargas Llosa, Jorge Juan y Antonio Ulloa que informaron al Rey los latrocinios de virreyes y corregidores. Y Manuel González Prada (1844-1918) y Gustavo Gutiérrez, para mostrar que somos una República que también ha producido una profunda reflexión sobre la ética y el buen gobierno
De este modo, queda claro que para el autor no es sencillo terminar con un mal hábito político que viene durando 253 años ininterrumpidos. El autor nos incentiva a arrancar de raíz la corrupción ya que es posible hacerlo.
Ahora es el momento de una seria meditación sobre quiénes somos los peruanos y las peruanas y a dónde queremos llegar; promover, emprender una reforma en serio de la República. Ahora que se acerca el bicentenario que será  el 28 de julio de 2021. Su celebración conmemorará los 200 años de la proclamación de Independencia del Perú. La celebración corresponderá a diversas actividades y planes nacionales que se preparan con años de anticipación desde El 18 de agosto de 2016.

CONCLUSIÓN


Nos encontramos en una sociedad resultado de de las malas acciones de nuestro antepasados inmersos en el subdesarrollo dando vueltas como un circulo vicioso donde se repite la misma historia los mismo actos de corrupción de sobornos y enriquecimiento ilícito de los gobernante.

los responsables son tanto las entidades del estado como  la propiedad privada, la corrupción se da en toda las ideologías políticas.


El costo de la corrupción en el Perú equivaldría al 2 % del PBI. Pero, considerando la tendencia incremental, puede estar entre un 3 % y 5 % del PBI, al año, representando entonces un costo a la economía peruana, de hasta unos 33,800 millones de nuevos.



AGRADECIMIENTO


Al doctor Rolando Reategui Lozano, por inculcarme conocimientos en Gestión Publica y concientizarnos sobre la realidad nacional, el cual  parte de alli este blog que sera de opiniones coyunturales.
A Elser sanchez Diaz, participe del crecimiento personal y profesional que desarrollamos continuamente en el bien común.


REFERENCIA BIBLIOGRAFÍA







ANEXOS













Comentarios